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Sé que puedes leerme el pensamiento, hijo

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Como Homer, el CLUM suda del Papa, de las huelgas, de la corrupción y de todas esas cosas  tan poco CLUM que nos rodean.

Publicidad CLUM (50): El Signal Iduna Park

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Si hay un estadio de fútbol CLUM, ese es el Signal Iduna Park  del Borussia de Dortmund de Alemania.   Se inauguró en los años 70 y se remodeló para el mundial de Alemania de 2006. De él se dice que es un estadio que, con sus gradas interminables y extremadamente empinadas, es capaz de ganar partidos por sí solo. Si además se suma a que sus devotos hinchas pueden estar de pie, el resultado es un estadio con una maravillosa atmósfera CLUM. Y para finalizar, un tifo hardcore, tal como dictan los cánones CLUM.

Escenas CLUM (48): Taxi

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SINOPSIS: Daniel, un joven repartidor de pizzas, consigue hacer realidad uno de sus sueños: obtener la licencia de taxi. Pero un encuentro fortuito con Emilien le pone en un aprieto: para conservar su licencia de taxi, han de detener a una banda que está desmantelando los bancos del país. La verdad es que los franceses, cuando se ponen a hacer cosas CLUM, están en un puesto bastante privilegiado. Un claro ejemplo es esta saga, que tuvo un gran éxito de taquilla a la vez que recibió ácidas críticas, a las que el CLUM hace caso omiso. Hoy veremos una escena típica de estas películas protagonizadas por un macarra marsellés que, con su taxi tuneado, va sembrando el caos allá por donde va, tal y como podemos ver en esta escena.

Temazos CLUM (54): Un poquito de Breakcore

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Posiblemente haya pocos géneros musicales que hayan tenido más ramificaciones que el reggae. Desde el ska hasta el dubstep, pasando por el jungle o el drum and bass, todas las variantes poseen esa raíz común tan característica que se hace cada vez más difusa a medida que la música se hardcoriza. Este es el caso del breakcore, el estilo que, de momento y a falta de lo que quede por venir, se pone a la vanguardia de los sonidos brutalmente demenciales que el CLUM te ofrece para que empieces la semana como se merece. Primero un tema para abrir boca. Ahora otro con visuales ad hoc.   Y si te quedas con ganas de más, una sesión de 30 minutillos. A disfrutarla.

Anécdotas CLUM (16): El yogur con sabor "fruta"

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Últimamente la UPM está viviendo momentos convulsos por culpa de los recortes en sus presupuestos. La ETSAM (la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid) es uno de sus mayores centros, por lo que se lleva gran parte de los hachazos. Sin embargo, en la época de vacas gordas no todo era derroche, sino que en su cafetería había un rincón muy especial: el de los postres. Entre las clásicas piezas de fruta o arroces con leche, era común encontrarse con postres low cost cuyas indeterminadas texturas y variados colores pantone, hacían las delicias de los gourmets CLUM que se adentraban a degustarlas. Pero sin duda, el auténtico postre de culto lo formaba el yogur con sabor "fruta", pura ambrosía CLUM.

Gente CLUM (62): Elmyr de Hory

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El Círculo de Bellas Artes de Madrid acoge, hasta el 10 de Marzo, la exposición llamada Proyecto Fake, dedicada a uno de los mayores estafadores CLUM de todos los tiempos: Elmyr de Hory. Este pintor húngaro, a la vez que pintaba sus propios cuadros, logró el estrellato en el mundo del arte a base de falsificar magistralmente obras de pintores como Modigliani, Picasso o Degas.  Sin embargo, el cénit CLUM lo alcanzó haciendo falsificaciones de sus propias falsificaciones. Con razón Orson Welles le dedicó la película Fraude o su amigo, el escritor Clifford Irving (autor por su parte de la biografía fake de Howard Hugues) también escribió la propia de nuestro héroe. Como no, la isla de Ibiza acogió los últimos años de Elmyr y, tras su misteriosa muerte, sus restos descansan en paz en esa tierra tan CLUM.

Publicidad CLUM (49): Black Mirror

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Charlie Brooker es un británico muy CLUM que durante estos últimos años se ha dedicado, entre otras cosas, a hacer radio, a escribir en periódicos y revistas de videojuegos o a hacer alguna serie de televisión, como Dead Set, una ida de olla con zombies de por medio. Una de sus últimas creaciones es precisamente eso, una miniserie de televisión llamada Black Mirror, en la que la primera temporada cuenta tan sólo con tres capítulos. Ninguno de ellos tiene continuidad entre sí, pero lo que tienen en común todos ellos es que tienen componentes distópicos y que todos son muy hardcore. Sólo decir que el primero de los capítulos consiste en que alguien secuestra a la hipotética Princesa Susannah del Reino Unido y, para liberarla, se exige que el primer ministro se focke a un cerdo en directo en la televisión nacional. Hace poco ha salido la segunda temporada y, si se quiere profundizar un poco, aquí hay un interesante artículo sobre la serie y su creador.