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Mostrando entradas de enero, 2017

Gente CLUM (92): Victor Connare, el creador de la Comic Sans

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Ser el artífice de la tipografía más odiada de la Historia, que se la sude lo más grande y que, lejos de achantar, continúe defendiendo a ultranza su obra, son hechos que convierten a Victor Connare en un tipo top CLUM. Víctor afronta con naturalidad que se llegue a situaciones límite, como la creación del potente movimiento Ban Comic Sans, donde se aboga de forma razonada y vehemente por su prohibición total y así generar un mundo mejor. Él, en cambio, piensa que "algo ha tenido que hacer bien" cuando sus simpáticas y toscas letras han seducido a miles de millones de personas que optan por desplegar toda su creatividad a través de ella. La Comic Sans ha sido usada en momentos tan importantes como en la presentación del descubrimiento del Bosón de Higgs, en el trofeo de la Copa del Rey o por el anterior Papá Benedicto XVI en sus cartas de despedida como Máximo Pontífice, razones más que suficientes para que la mente que está detrás de esta mierda se hinche de org...

Canteos CLUM (95): Cortes de pelo con fuego

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Esta semana se ha hecho muy popular un vídeo de un peluquero indio cortando el pelo a un tío con fuego. Al parecer, esta técnica tan CLUM está bastante más extendida de lo que parece en varias zonas del continente asiático y en algunos foros de peluquería hay quien la recomienda con mucho convencimiento. En España, por su parte, tenemos a Alberto Olmedo, alias el "Peluquero Samurai", que saltó a la fama hace un año por incorporar espadas y katanas como skills adicionales. Así que ya sabes, si quieres sorprender a tu novia, toma nota. Para profundizar más en su figura, mírate este artículo o éste otro.

Anécdotas CLUM (30): Las campanadas de la Puerta del Sol

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Hace unos pocos años se decidió acometer una importante obra de rehabilitación en la antigua Casa de Correos de la Puerta del Sol, actual sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Como sucede en la inmensa mayoría de estos procesos, los plazos se demoraron más de lo previsto inicialmente y a los constructores les dieron literalmente las uvas.  Sin embargo, éstos elaboraron un plan de contingencia CLUM por si el famoso reloj no estuviera preparado para dar las campanadas: un operario se encargaría de darlas golpeando doce veces una paellera gigante. El sonido se amplificaría mediante unos altavoces ocultos. Al final no se tuvo que tirar de plan B y el reloj pudo marcar el paso del año nuevo en el siempre entrañable y cutre ambiente de la Nochevieja madrileña.