Anécdotas CLUM (22): El reductor de cadáveres
Hace no mucho que un emprendedor, posiblemente influido por el impulso de Emilio Duró, tuvo una idea de negocio muy CLUM.
Observó que los cementerios de nuestro país están al borde del colapso, por lo que el precio del alquiler del terreno que alberga a las tumbas es elevado. La solución que plantea nuestro protagonista es proceder a la reducción del cadáver completo, de manera que el espacio que ocupe la tumba sea menor y con ello se reduzca también el precio del arrendamiento. De esta manera, este visionario CLUM daba un paso más en la tradición de la tzantza de los shuar o jíbaros, consistente en la reducción de las cabezas de los jefes de las tribus rivales.
Al parecer, su idea topaba con alguna que otra dificultad sanitaria, catastral, policial e incluso moral, y no hay constancia de que esta brillante idea CLUM se haya llevado a la práctica, por lo que seguramente todavía tengamos que esperar un tiempo a poder visitar las minitumbas de nuestros difuntos.
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